Resumen ejecutivo (con mojitos, vino y compañía sabia)
Un sábado, mojitos de fresa y una TED Talk emocional no autorizada.
El sábado pasado tuvimos reunión familiar.
Y como buena familia mexicana —más específicamente yucateca— esas reuniones siempre terminan comenzando otro día. De esas que arrancan después de una fiesta en forma(en nuestro caso después de la primera comunión), se alargan con sobremesas infinitas, mojitos de fresa, tintos de verano y una que otra copa de vino para el alma.
Mi mamá, mi tía y mi prima se sentaron durante horas a escuchar mi propia TED Talk emocional titulada:
“Cómo joder tu vida en año y medio (y no morir en el intento).”
Me animé a contarles todo.
El resumen completo de este último año y medio (2024–2025), y cómo, según yo, había “jodido” —o, como ellas prefieren decir, vivido— mi vida.
Y créanme: tengo muchas razones para pensar que la jodí, aunque ellas insistan en que no, que es parte de la experiencia humana y demás cosas (porque sí, acá también nos gusta un poquito el dramatismo).
No oculté nada.
Ni tu parte, ni mi parte, ni nuestra parte, ni parte de nadie.
Conté la historia completa, con todos los involucrados.
Creo que eso siempre juega a favor: no esconder nada, aunque una sienta que todos los errores llevan firma. Se cuentan por igual.
En la mesa, mientras caía la noche y se evaporaban los hielos de los vasos, ya no las vi como mamá, tía y prima. Las vi como tres mujeres que me han acompañado durante casi toda mi vida. Mujeres con sus propias historias, sus chistes, decisiones cuestionables, errores y reconstrucciones.
Y lo más bonito: no me juzgaron.
Así, entre mojitos de fresa, palomas, y frases como “amiga, date cuenta” (gracias a la más joven del grupo), se me fueron deshaciendo los miedos que traía bien empacados desde hace meses.
No me regañaron.
No minimizaron nada.
Mamá, claro, activó el “modo mamá” por un minuto al escuchar todo lo que tuve que pasar. Ese “mi niña, ¿pero dónde estabas metida?, ¿por qué no me dijiste nada?” se le asomó en los ojos. Pero solo duró un instante. Siguió escuchando.
Mi tía, por su parte, pasó del asombro al enojo profundo(solo como ella sabe hacerlo posible). No por mí, ni por cómo actué, sino por todo lo demás que estaba envuelto. Ese enojo que solo da cuando alguien que amas sufrió de más.
Y ahí estaban. Firmes. Escuchando.
Y yo, más ligera, sintiéndome sostenida por una red invisible pero fuerte.
De pronto, lo que me daba miedo decir, desapareció.
Como si nunca hubiera existido.
Y tal vez, en el fondo, nunca fue tan grave como lo creí.
Y al final, entre tanto mojito, tanta risa, juegos de mesa, escuchando la playlist de Mentiras: La Serie y tanta memoria, me dijeron una frase que quiero tatuarme en la frente para no olvidarla la próxima vez que quiera revivir lo que ya fue cadáver:
“Qué bueno que ya no es parte de tu vida. Nunca deberías ser amada en silencio. Que te quede claro.”
Me recordaron algo esencial:
El drama se vive, pero también se supera.
Y que nadie —nadie— merece un amor que se vive en silencio. Punto final.
Y como si la noche no pudiera cerrar con más dramatismo delicioso,
nos despedimos cantando —a todo pulmón y con vasos en mano—
la versión de “Él me mintió” de Mentiras, el musical,
(con Belinda y Diana Bovio haciendo el performance emocional que todas sentíamos en el alma).
Porque si no se supera cantando baladas ochenteras en grupo, ¿realmente se supera?
Lo único que puedo decir con certeza es que estas mujeres —de 22, 30, 58 y 60 años— formamos una tribu.
Y que, con nuestras edades tan dispares, seguimos acompañándonos.
Nos vemos.
Nos entendemos.
Nos cuidamos.
Hoy me sentí muy afortunada.
Porque tengo esta red de apoyo que no permite que me hunda más de lo necesario.
Porque me guían —sin imponer— hacia la vida que quiero, no hacia la que otros esperarían que tenga.
Y sí:
Confirmo que tú no eras.
Y que yo sí soy.
Y que:
tías + mojitos de fresa + verdades = sanación acelerada.
Gracias por venir a mi TED Talk.
🎭💔 Cierre con falsete y copita en mano:
Si llegaste hasta aquí, oficialmente eres parte de la sobremesa (y del musical no autorizado).
Gracias por acompañar esta TED Talk emocional con mojitos, verdades y “Él me mintió” sonando de fondo.
Sí, también gritamos ¡mentiras, mentiras! como si estuviéramos en el Metropólitan con Belinda y Diana Bovio.
Y sí, sanamos un poquito más por eso.
💌 Si te reíste, lloraste tantito o ya estás buscando la playlist de Mentiras: La serie para cerrar tu propio ciclo como se debe:
Suscríbete. Aquí hay espacio para historias reales, chisme con contención emocional, amor propio reconstruido y catarsis con banda sonora.
Comparte esta publicación con esa amiga, prima, tía o vecina que necesita recordar que no está sola, que puede equivocarse, contarlo todo…
y luego cantarlo con feeling mientras se sirve otra copa.
Nos leemos en la próxima.
Trae tus emociones, tu playlist ochentera y tu mejor voz de balada dolida.
Con cariño, risas y falsete desgarrador,
Mariana